Premsa on line24/07/2003

Castillejos: ¿un perill?

Isaac Albesa publica, al Diari de Tarragona, una crònica sobre la preocupació dels alcaldes de la zona de Castillejos –entre ells el de Vilaplana- per la falta de neteja del material bèlic que encara està escampat pels voltants de l’antic campament militar:

”Los alcaldes de las poblaciones próximas al antiguo campamento militar aseguran que los proyectiles abandonados pueden suponer un peligro añadido en caso de incendio.”

”El incendio de poco más de una hectárea de matorrales ocurrido la noche del domingo en el término municipal de Vilaplana, en la zona del antiguo campamento militar de los Castillejos, ha vuelto a destapar la preocupación de los alcaldes de la zona (Vilaplana, Arbolí y La Febró) que lamentan que la falta de acuerdo entre las instituciones, Ministerio de Defensa y Generalitat, impide una buena conservación de la zona, con el peligro que esto supone en caso de producirse un incendio. Además, la presencia de proyectiles abandonados en los alrededores de los campos de tiro agrava mucho más el problema.”

“La polémica en torno a los terrenos de los Castillejos se destapó en el mismo momento, 31 de diciembre del 2000, en que el Ministerio de Defensa desmanteló definitivamente las instalaciones, con un compromiso de cesión de los terrenos a los tres municipios, aunque posteriormente se decidió que la Generalitat adquiriría los terrenos después de pactar que el precio de la compra ascendería a los 2'3 millones de euros. Desde la subdelegación del gobierno se asegura que las negociaciones entre el Ministerio de Defensa y la Generalitat no han avanzado. Parece que el gobierno catalán exige al ministerio una limpieza mucho más a fondo de los terrenos para evitar que queden restos de explosivos, aunque fuentes ministeriales aseguraron, hace unos meses, que los terrenos ya se han limpiado de proyectiles. En su día, Cèsar Puig -delegado de la Generalitat en Tarragona- aseguró que cuando un propietario compra unos terrenos lo que quiere es que no existan peligros por los explosivos que se lanzaron en su época, en referencia clara a los proyectiles que siguen en esta zona montañosa.

Esta opinión es compartida por los alcaldes de las poblaciones cercanas. Jordi Juncosa, alcalde de Arbolí, asegura que todas las personas de ese lugar saben perfectamente que las montañas están llenas de proyectiles. «Afortunadamente, el incendio del domingo no provocó la explosión de ningún artefacto, pero los bomberos saben que existe esa posibilidad», explicó Juncosa, que también añadió que la falta de limpieza del sotobosque puede acrecentar el peligro de incendio, que en estas jornadas es tremendamente alto debido a las altas temperaturas que se han padecido y a la falta de lluvias de los últimos meses.

Medio siglo de historia

El campamento militar de los Castillejos fue construido y activado en 1950, año en el que se firmó la compra de los terrenos, en concreto el día 11 de mayo. Por las 700 hectáreas situadas en la zona del Mas dels Frares, el ejército pagó 1.184.400 pesetas de la época a José Maria Mallol y Bosch, propietario de la finca, según figuraba en la escritura de compraventa. Ahora, el precio en que el Ministerio de Defensa tasó las instalaciones para venderlas a la Generalitat de Catalunya es de 2'3 millones de euros, aunque hasta la fecha sigue sin cerrarse la compra de los terrenos.

El campamento militar de Castillejos albergó durante 22 años el centro de formación de oficiales y suboficiales, las llamadas milicias universitarias, aunque a partir de 1972 las instalaciones se convirtieron en un campo de tiro y de prácticas. Cuando estaba a pleno rendimiento llegó a tener cerca de 5.000 militares. Ahora, las antiguas instalaciones militares se encuentran en un estado lamentable como consecuencia del abandono y la dejadez de sus actuales propietarios.

Restos esparcidos por la montaña

La utilización de las montañas próximas al campamento militar como campo de tiro ha provocado que se encuentren fácilmente proyectiles por explotar o restos de material militar por la zona, con el consiguiente peligro que supone para los excursionistas o para los bomberos, en caso de que se tengan que desplazar a ese lugar para apagar un posible incendio forestal.

Ayer mismo, un vecino de Arbolí aseguraba que es muy peligroso adentrarse en alguna zona de las montañas próximas a los campamentos. “Los voluntarios forestales han marcado algunos proyectiles para evitar algún desafortunado accidente, pero también continúa siendo fácil encontrar otras bombas o restos de este tipo de material”, señalaba esta persona. De hecho, algunos vecinos de la población buscan habitualmente este material para guardarlo en sus domicilios, siempre y cuando se trate de proyectiles que ya han hecho explosión.

Intento fallido de montar una fiesta “rave”

La limpieza realizada hace unas semanas en el acceso al antiguo campamento militar de los Castillejos ha provocado que un grupo de jóvenes procedentes de Francia intentaran la organización de una nueva fiesta clandestina rave –de música electrónica- el pasado día 14, tal y como sucedió el año pasado cuando se reunieron varios miles de jóvenes dejando centenares de kilos de basura repartidos por la zona y que ya despertaron las protestas de los alcaldes.

En concreto, la guardia civil descubrió a una treintena de jóvenes de nacionalidad francesa que llevaban unas quince furgonetas, que podrían estar preparando el terreno para la llegada masiva de otros jóvenes de toda Europa tal y como ocurrió el año pasado. El alcalde de Arbolí, Jordi Juncosa, reclamó mayor vigilancia para evitar nuevas concentraciones.”

Raquel Virgili

Diari de Tarragona 23-7-2003

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